Alrededor de esta fecha (31/10) las entidades financieras nos intentan aleccionar sobre la importancia de la educación financiera y de ejercitar hábitos que nos permitan tomar decisiones económicas importantes -firmar una hipoteca, solicitar un préstamo-, u otras mas triviales, con cierto criterio.
Pero fijaremos hoy la atención, en alrededor del 40% de la población española que no puede ahorrar.
La fórmula usada por Keynes: Ahorro=Renta-Consumo, no tiene sentido para las rentas mínimas porque se agotan mes a mes tan solo con el consumo básico. Para este numeroso grupo de gente, este “Día del Ahorro” resulta bastante inútil y según para quien, ofensivo.
Las políticas sociales públicas se centran en procurar a esas clases desfavorecidas, aumentos de la renta a través de subsidios, ayudas, pensiones… que siempre son insuficientes y tienen el riesgo de ser mal concedidas/gestionadas pudiendo convertir un gasto social necesario en un despilfarro público.
En Pensumo desde 2013, proponemos una solución de Ahorro desde el punto de vista del Consumo: Dado que el consumo es imprescindible para cualquier humano, retornemos un porcentaje de ahorro al individuo cada vez que consume. De esta forma, la ecuación “Ahorro=Renta-Consumo” siempre será positiva, si hay consumo, siempre habrá ahorro. Es la Pensión por Consumo. En España, lo venimos ensayando desde el ámbito privado empresarial apoyados por la Comisión Europea a través de su programa de innovación H2020. Y con ese objetivo desarrollamos herramientas TIC midiendo los resultados de estas experiencias. Tenemos datos muy interesantes que materializan en el Mercado real, las teorías de consumo conductual del Nobel de Economía Thaler.
Algunos expertos del ahorro, comienzan a denominar “Cuarto pilar de las pensiones” a los productos de ahorro asociado al consumo. Ahí entraría la pensión por consumo y otros modelos mecanizados de micro-aportaciones periódicas como redondeos al alza por compra vinculados a una tarjeta de pago. Pero en estos casos el paganini es el consumidor, no un tercero como lo es en la pensión por consumo.
Si queremos un modelo de ahorro “universal” asociado al consumo, se necesita la implicación del Estado. En Perú, existe un proyecto de Ley denominado “Pensión complementaria por Consumo”, en el que se detraerán dos puntos del Impuesto de Ventas (semejante a nuestro IVA), a cada ciudadano que solicite una factura (para disminuir la economía sumergida). Esos dos puntos, se acumulan nominalmente en un Fondo de Inversión privado que gestionarán las principales aseguradoras del país. ¿Por qué eso es implanteable en España? Nuestro sistema de pensiones solidario nos lastra no solo con el gigantesco déficit generado, sino que impide soluciones gubernamentales reguladas. Nadie se atreve a instaurar un modelo complementario al actual, universal, gratuito y garantizado individualmente. Nos hemos atascado en la “Redistribución de riqueza” del siglo XX, cuando tocaría pasar ya “Predistribución de riqueza”.
Seamos realistas, nuestro Estado tan manirroto desde hace tantos años no otorga importancia alguna al concepto de ahorro, porque nunca lo ha practicado ni lo hará. Lo fácil al llegar al poder, es endeudarse, es pólvora del rey, barra libre este trimestre y al que viene el BEI dirá. Con esos planteamientos tan poco aleccionadores, es difícil que cualquier ciudadano sienta el convencimiento de ahorrar. Nuestro Estado del Bienestar va a llegar a ser tan provisional como nuestra maltratada cuenta corriente.