El Rey de España, Felipe VI, debería llamarse F6.
Es más moderno, como CR7 (Cristiano Ronaldo). F6 parece el nombre de un avión, o un comando abreviado de teclado, es más popular. Es más tuiteable, más familiar. Las siglas nos llevan, nos mecemos en ellas, a menudo sin saber qué significan, o quizá es que no significan nada.
La Troika, por ejemplo, ya no quiere seguir llamándose así. Los nombres lo dicen todo a veces. Ella sabrá lo que ha hecho bajo esa denominación.
Al haber dos reyes en danza, el cambio podría servir para ambos. JC1 moderniza y estiliza el clásico Juan Carlos I. Los números romanos quedan un poco de postureo.
También podría F6 cambiar el cuadro de su despacho, el que tiene detrás de la mesa de trabajo. Ahora que ya hemos visto a Carlos III con esa peluca debería poner el póster de la Roja que ganó el Mundial de Fútbol.
Quizá ese Mundial es un momentazo hispano, o español, cuando aún incluía a Cataluña, etc.
Con esos ligeros (y baratos) cambios la cosa puede ir tirando.
La misión de la monarquía es proporcionar contenidos simpáticos, armonía y buen rollo.
En eso estamos.